Puntualmente, a las 12.30 del jueves partió el vuelo PU 224 desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco, al aeropuerto Guarulhos de San Pablo. Era la primera vez que entraba al Bombardier Next Gen, fue un vuelo cómodo y placentero. Volamos a 11 mil metros, en un avión casi completo.
San Pablo nos recibió con 25 grados de temperatura, nublado. A la llegada no esperaban Marcia y Julio, de Receptiv Brasil de Gipsy Tours, con base en Sao Paulo, y oficinas en Guaruja, Ilhabela, Curitiba y Río de Janeiro.
Guaruja tiene dos significados: Vivero de Ranas y el más romántico Perla del Atlántico!... nos quedamos con este último! La isla de Santo Amaro, donde se encuentra la ciudad de Guaruja, tiene forma de dragón. Son 138 kilómetros cuadrados, y la tiene aproximadamente 60 kilómetros de largo. Antiguamente en esta zona había haciendas y se criaba ganado. Guaruja es relativamente joven. Se accede a la isla por un puente, que desemboca en la avenida principal, la Puglisi, rodeada de palmeras, con muchos negocios, supermercados, grandes casas de electrodomésticos, tiendas, restaurantes, y por fin llegamos al océano Atlántico! Se ve gris en este atardecer plomizo.
La costanera, Av. Miguel Stéfano, está rodeada de edificios y luego de la playa del centro, nos enfrentamos al Morro da Campina, popularmente llamado Morro do Maluf, por la tradicional familia propietaria de ese enclave. Y de esa punta parte la extensa playa Enseada, de 6 kilómetros de arena blanca, y allí está ubicado el Hotel.
El Casa Grande Hotel Resort & Spa, es un 5 estrellas que es parte de The Leading Hotels of the World. Uno de los 16 de Sudamérica. Elegante, refinado, es una edificación de estilo colonial brasilero, ubicado en un jardín tropical, frente al océano Atlántico. Los detalles quedarán para la próxima crónica desde el litoral paulista.
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