Hace ya mucho tiempo, que por la dinastía Damiani estoy alejado del cuadro de mis amores. esta gente, a
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Pero este silencio mío, no me inhibe de disfrutar lo que acaba de pasar, de gozar con la confirmación de lo que siempre le he contestado a nuestros primos bolsos cuando por algún viento a favor se suben a todos los carros y piensan que son los únicos; vuelvan a su lugar, con todo respeto, si quieren, les cedo uno al lado mío, aquí debajo de la tierra donde yo estaba escondido hasta ahora, para que puedan llorar y padecer este cimbronazo que obviamente, es de los que duelen y dejan la marca, como la fuga del 49 y que hayamos sido siempre los primeros en todo y los quinquenios y esas cosas que el destino solo reservó para nosotros.
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Un martes de octubre del 49, dos días después de "que se fueron por el túnel", nacía yo, en la calle Maldonado 1232, dentro de la vieja sede, de la cual, mi viejo era el conserje y mi madre lo ayudaba; soy el único hombre que nació en ese lugar y por ello, puedo reivindicar con todo derecho, que soy hijo de Peñarol, ya que nací en su casa.
Cuando luego de una prueba, había conseguido que me "ficharan" en la quinta división, con quince años, me ofrecieron el primer empleo en una agencia de viajes y allí opté por el turismo; posteriormenete tuve la satisfacción de ponerme la aurinegra jugando al básquetbol, hasta en primera división (jugador del montón).
Por mi origen y por la coincidencia de época, soy amigo de casi todos los monstruos del gran equipo del 66.
Pero basta de fanfarroneo; hablando en serio, ¡que orgullo para nuestro pequeño país que el mejor club del siglo veinte, por encima de los grandes de la región, sea uruguayo y (sin ironía), que el tercero también lo sea!.
Hoy me tomo una para festejar, saludos a todos los manyas y por supuesto, a los bolsos, violetas, franjeados, a los inmensos rojos de Avellaneda y a todos los otros que vienen detrás (ja ja , no puedo con la alegría).
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