Con muy ligeras diferencias, este crucero es muy similar al "Ryndam" (de la misma serie) que ya nos ha visitado años pasados y al "Maasdam" y "Statendam", todos ellos modificados, modernizados y redecorados. El "Veendam" tiene 220 metros de eslora, cala 7,50 metros y capacidad para 1.300 pasajeros y 560 tripulantes. Fue construido en los astilleros italianos Fincantiere, lo cual le acredita calidad de casco y excelente tecnología y la exquisita decoración italiana. Entró en servicio en mayo de 1996.

Los salones públicos están concentrados en dos cubiertas principales y hay mucha madera decorativa y cerámicas por todos lados. Y como es la característica de la Holland America Line, hay obras de arte en exhibición a lo largo y ancho del barco, obras que dicen están avaluadas en más de dos millones de dólares. Lo mismo sucede a bordo del "Amsterdam" y del "Rotterdam" y de todos los barcos de pasajeros de esta empresa que hemos conocido desde 1949 cuando llegó el "Niuew Amsterdam" botado en 1938. Este era un lujosísimo transatlántico de preguerra que sólo hacía viajes alrededor del mundo a precios astronómicos entonces. Durante la guerra transportó soldados, después fue devuelto a sus armadores, se reconstruyó, hizo unos pocos viajes en un tiempo diferente con un barco y un público diferente. Así que poco después se modernizó.


El cierre

Cerrará la temporada el crucerito "Prince Albert II" esperado el 4 de abril del 2010 y con él un nuevo adiós a los cruceros. Esta nave es el conocido "World Discovery", que a lo largo de su existencia ha pasado por muchas empresas y ha tenido diferentes nombres. Fue construido en 1989 para hacer viajes de exploración (aventuras) principalmente y frecuentemente lo hemos visto yendo a la Antártida. Tiene 108 metros de eslora, 15 metros de manga, y capacidad para 158 pasajeros. Es una nave ecológica perfectamente calificada por las autoridades para navegar en Antártida, fiordos noruegos, Galápagos, y otros lugares de exigencia ambientalista. Seguramente este barco cuando nos visite, estará retornando de la Antártida al término de la temporada turística.

Fuente: El País DIgital