Aunque cueste creerlo, quizás el agente de viajes en cuestión, haya llegado a un punto que, a pesar de lo horrible que debe resultar admitirlo,prefiera marchar a prisión que tener que pagar todo lo adeudado y como sucede en la mayoría de los casos, no se queda con una moneda.

Pero lo que acaba de pasar no es nuevo, ya ha ocurrido otras veces, en Uruguay y en todo el mundo.

Y cuando se dan estas cosas, muchos empiezan a dar cátedra y a pontificar sobre lo que debería haberse hecho y no se hizo.

En nuestra larga vida en el turismo, hemos visto, hemos vivido y hemos sabido, acerca de todo tipo de situaciones y quizás por ello, creemos que podemos abordar el tema, con algo de autoridad y lo vamos a hacer porque sería poco creíble que un medio como éste, se llamase a silencio o simplemente se limitase a dar la noticia como cualquier otro, de los convencionales.

Administrar en turismo no es moco de pavo y el que este libre de pecado, que arroje la primera piedra.

Hay pocos negocios que reúnan tantas tentaciones para salirse de la norma como el turismo.

Es común recibir pagos con mucha anticipación, con mucho mayor antelación que en otros negocios.

Cuando hay aciertos de márquetin, la empresa genera un flujo de dinero constante que puede hacer que, los permanentes saldos abultados, en la caja fuerte o en la cuenta bancaria, inviten a disponer de dinero en porcentajes mayores a los que corresponden.

Todo negocio tiene un determinado margen de lucro; supongamos que el de una agencia de este tipo, pueda estipularse (sin entrar en detalles) entre un 10 y un 15% del total de venta, entonces, cuando un empresario tiene en su haber por ejemplo, 50 mil dólares, se puede decir que suyos, pueden llegar a ser, solo 5 mil, hasta 7 mil quinientos tal vez.

Y no es nada difícil que alguien, como el propietario de la agencia en cuestión, habiendo vendido paquetes a Bariloche a 80 chicos a un promedio de 1.200 dólares o más, por cada uno, haya tenido por algún tiempo, inclusive, en su caja fuerte o en su cuenta bancaraia, cifras superiores a los 50 mil de los verdes.

Entonces, el alquiler, la luz, el teléfono, las leyes sociales, los impuestos, en definitiva, los gastos fijos, hay que pagarlos mes a mes, se haya vendido y ganado o no se haya vendido y no se haya ganado nada.

Cuando llegan los vencimientos, aún sabiendo que de los 50 mil, solamente 5 mil son la ganancia y por lo tanto, lo utilizable, se paga y al mes siguiente, también se paga y quizás, siga la confusión y se consuma también, más de la cuenta.

Hasta que llega un momento que es el cuello de botella, en el que hay que pagar todos los servicios juntos y los ingresos, de ningún modo se sostienen, sobretodo porque ya se registraron y pasa lo que está pasando, el dinero no alcanza y no se paga y si no se paga, se cortan los servicios y automáticamente, el proveedor, sea hotelero, gastronómico, transportista, cualquier rubro, con todo derecho, corta el suministro de los mismos y allí, lamentablemente, el cliente es el perjudicado directo y eso, es lo que está peor de toda la cadena.

En este caso puntual, se dice que el Ministerio de Turismo clausuró a la agencia en junio y que sobre las cintas de clausura se habrían pegado afiches turísticos y la misma siguió funcionando.

No nos cabe ninguna duda que la gente del Mintur siguió los pasos como indica la ley y por lo tanto, al menos en esta instancia primaria, no tenemos nada que criticarle, pero si y mucho al sistema.

Todos, van a tener que sentarse a una mesa y reflexionar y no solo el Ministerio de Turismo, la Policía, el Ministerio de Economía y Finanzas, también AUDAVI y hasta la propia Cámara de Turismo.

Cada vez que pasa algo de esto, se resiente todo el andamiaje y el público (con toda la razón) se indigna, retrae, denigra, generalizando.

Y los días que sigan ahora, probablemente se va a seguir agravando la cosa pues, no sería nada raro que hayan otras salidas contratadas y aparezcan más perjudicados que los que puntualmente resultaron serlo.

Quizás, cuando el Mintur clausure deba librar un aviso a Delitos Complejos para que prevenga el dolo; quizás, con ese aviso, la Policía deba ser quien se encargue que la agencia clausurada deje de trabajar y por lo tanto anule la posibilidad de dolo; quizás, conjuntamente con la clausura, el Mintur deba darle paso a Economía y haya que hacer una auditoría de clausura y se deba intervenir a la empresa, quizás, quizás, quizás. Nos vemos.