Cuando la semana pasada visitamos ACHET en Santiago, Arriagada nos explicó, con lujo de detalles, los pasos que han ido dando para la conformación de esta nueva instancia trascendente en el turismo chileno; a medida que avanzaba en su explicación, más veíamos de que forma se parecía a nuestro sueño de organización del turismo uruguayo.

Para que vayamos entrando en el tema, repasemos lo que informaban los colegas de Cybertour al respecto, en marzo de este año, luego que se firmara el acta de constitución de la FEDETUR en el Radisson de Santiago:

"El chileno Eugenio Yunis, ex director nacional de Turismo e importante autoridad en la Organización Mundial del Turismo (OMT), fue quien asesoró al grupo para constituir la Federación. Al referirse a este nuevo referente único del turismo nacional el alto personero indicó: “ Se ha visto en el área turística a nivel internacional el surgimiento de una nueva generación de asociaciones que aglutinan a las diversas actividades o sub sectores de la industria, cuya visión es fundamentalmente estratégica. Es decir, enfocan su gestión desde una perspectiva global, abordando temas que van más allá que los intereses gremiales de cada segmento de la industria turística.

El propósito principal de Fedetur es diseñar, conjuntamente con el Estado, estrategias para el desarrollo de la industria del turismo en Chile, identificando oportunidades, diagnosticando las principales brechas así como también herramientas que permitan superar los desafíos del sector y, a su vez, asegurar que las acciones emprendidas sean producto de la coordinación entre el mundo privado y público.

La racionalización, el desarrollo y perfeccionamiento de los asociados y del turismo, en general, así como la protección de los intereses de las actividades de los empresarios del sector; el estudio e influencia en las decisiones referentes a todos aquellos asuntos que afectan a la industria, tales como la sustentabilidad del turismo en todos sus ámbitos, la promoción internacional, las leyes laborales, la nueva legislación del Turismo y la calidad y profesionalización de los servicios serán temas a los cuales se abocará Fedetur."

Ahora veamos otro aspecto fundamental de la nueva organización;  siguen diciendo los colegas de Cybertour en aquel artículo:

"Contar con una instancia que aglutine a la actividad turística del país en su conjunto ha sido un antiguo anhelo para el sector. Por ello, hace alrededor de dos años, como respuesta a la solicitud de autoridades de Gobierno en el sentido de generar un solo interlocutor en la actividad turística, hasta ahora notoriamente dispersa, un grupo de cinco empresarios, además de la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (Achet), iniciaron la convocatoria de gremios y empresas para la formación de FEDETUR."

Y para rematar con la información, veamos quienes integran la FEDETUR:

Entre los socios fundadores que firmaron el acta de constitución de Fedetur se cuentan importantes empresas del sector, entre ellas, la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (Achet), Hoteleros de Chile y Santiago Convention Bureau, que representan a más de 280 compañías chilenas, pero además (y nada menos) LAN, el Grupo Martínez que maneja los casinos y en total, los 11 grupos económicos más poderosos de Chile.

Crucemos la cordillera, aterricemos en Uruguay y hagamos la presentación al revés, para que ningún gremio o institución se sienta aludido, ¿no está siendo necesario que contemos con una organización con el mayor poderío posible en representación de la actividad privada?.

Mi respuesta contundente es un SI rotundo.

Entonces pienso y veo que no están adheridos (en los hechos, en la práctica, en lo cotidiano), que no están nucleados, que no son los rostros visibles de ninguna entidad representativa del sector privado, nombres como Buquebus o López Mena; PLUNA o Campiani; Conrad o Serna; Destino Punta del Este o Weiss; y otras figuras y entidades que encaran la promoción y el desarrollo de manera aislada y no en un contexto corporativo.

El detalle contundente que tiene FEDETUR, es que el aporte de cada miembro, va en directa relación porcentual a su facturación, lo cual no es nada menor.

Del mismo modo que en la política, los votos son los que otorgan el tamaño de la representación, en una actividad en la que se prioriza el lucro, en un aglutinamiento como éste, los aportes en metálico, decretarán el peso de cada miembro y de ese modo, el país turístico, el destino, pero también el mercado emisor, tendrá las reglas claras y a su vez, el Estado un interlocutor válido.

A mi modesto saber y entender, vivimos el espejismo de la conjunción público y privada; que haya muy buen relacionamiento como se muestra, no es seguro de eficiencia per se.

No tengo dudas que encontramos el espejo en el cual mirarnos; quizás haya que adaptar alguna cosita en el marco (nunca tan oportuna la metáfora), pero no estaría nada mal que comencemos a hacerlo. Nos vemos.