La reciente designación de la sede carioca para los Juegos Olímpicos de 2016, motivó de inmediato el apoyo de los tres niveles de gobierno, el federal, el estadual y el municipal y la determinación del presupuesto para tal circunstancia: la friolera de casi 29 billones de reales (más de 17 billones de dólares).
El proyecto de largo plazo dejará un legado de infraestructura para la ciudad y el Brasil todo, por demás elocuente; para la celebración de los Juegos que tendrán lugar entre el 5 y el 21 de agosto de 2016, habrán de encararse, en cada sector, las siguientes obras:

Transporte
Construcción de tres galerías de BRT (Bus Rapid Transit); ampliación y reforma del Metro; reforma del sistema de tren metropolitano; reforma del Aeropuerto Internacional Tom Jobim y construcción de un arco rodoviario (autopistas).
Seguridad
Ampliación del proyecto de pacificación de las comunidades carentes, con presencia permanente de policía; intervenciones urbanísticas e inversión en proyectos sociales.
Medio Ambiente y sustentabilidad
Conservación del agua; energía renovable; juegos con emisisión neutra de carbono; gestión de la basura y responsabilidad social
Deportes
Construcción del Centro Olímpico de Entrenamiento (COT); Construcción de la Arena de Esgrima; ampliación del Estadio João Havelange, del Velódromo y del Parque Acuático María Lenk. Construcción de la Villa Olímpica, de Prensa y de Árbitros, las que serán transformadas en residencias despues de los Juegos.
Reforma estratégica del area portuária que resultará en nuevas opciones de alojamiento, entretenimiento y turismo.
Todo esto generará más de 50 mil empleos temporarios y más de 15 mil permanentes.
Actualmente, se calcula que Río de Janeiro cuenta con un total de 28 mil habitaciones para alojamiento y necesita llegar a 2016 con un total de 40 mil; se estima que habrán de utilizarse todas las modalidades posibles de hospedaje, incluyendo hostales, moteles y hasta embarcaciones.
Aprovechemos a reflexionar y aunque ya, como siempre, debamos arrancar más tarde de lo debido, hay que desarrollar un plan para "subirse" a la movida de Río y captar, el mayor flujo posible de turistas extrarregionales que se acerquen a la ex-capital norteña.
Una buena idea, sería la de coordinar estrategias con el sector público y privado de Brasil y beneficiarnos con la ola de turismo que se espera de aquí en más. Nos vemos.