por Ana Baxter
La movida de la calle 20 en Punta del Este, del 10 de octubre,
organizada por Fito Sayago y la galería MVD de Montevideo, permitió,
como siempre sucede en estos encuentros, que algo mágico se instalara
entre los muchísimos espectadores y los artistas.
Afloró una complicidad especial a la hora del dialogo, eligiendo a la imaginación como puente y
protagonista. Rescatamos ese vínculo que nunca debería estar ausente en la vida diaria, porque es
lo que hace crecer y sostener la esperanza.
Los muchos que intervinimos pudimos agradecer esa oportunidad, ya que todos tenemos alma de
artistas, si lo sabemos ver como Picasso, cuando dijo que había que trabajar y crear durante
mucho tiempo, para sentir la libertad de un niño.
Se acercaron amigas como la periodista Silvia Klemensiewicz a posar en la foto con nosotros, y
también Pato Gil, que espontáneamente compartió la mesa de trabajo conmigo. Es una pintora
argentina que decidió vivir en José Ignacio, y que acaba de exponer con mucho éxito en Puerto
Madero. También pasaron un sinfín de alumnas de mi Taller en Pinares, durante los 26 años que
viví allí.
Como lo fue Guadalupe Herraiz desde los 5 años. Esa tarde ella cuidó de mis cuadros y de mis
pinceles, para no se los llevara el viento, pero ahora toma clases casi diariamente conmigo por
e -mail, porque reparte su tiempo entre su dedicación al arte, su familia y la atención de su
delicioso hotel Azul.
Para mi, fue recuperar momentos irrepetibles y renovar internamente la única patria que
reconozco, la de los buenos afectos.
Y como lo primero es lo primero, sólo bosquejé de a ratos a un violinista con carbonillas y
sepias, el resto del tiempo lo dediqué a conversar y a disfrutar intensamente con todos.
Conclusión: los mejores momentos de la vida son gratis y éste seguramente fue uno de ellos.
www.portaldeluruguay.com