y la simple delincuencia, no debe ser óbice para que la gente de buena voluntad, la gente inteligente, la que opta por vivir decentemente y en armonía, la que respeta las normas y trabaja para, sin quererlo, indirectamente, financiar todos estos males, no diga ¡BASTA!!
El líder plancha que reflexiona y dice que hay que recuperar viejos códigos y no "afanar en el barrio"; la pedrada en la cabeza del línea en Jardines del Hipódromo;el caos del arrebato, la rapiña violenta o lo que venga, con tal de conseguir recursos para llegar a la pasta base, sobremanera si es viernes; la invasión a nuestro suelo, de piqueteros argentinos que vienen a movilizar gente para que vaya contra nuestros intereses y la olla de grillos en las que de a ratos, se convierte el Parlamento, por euforias temerosas de la oposición o por avasallamientos del oficialismo, cada día nos indica que la crisis de conducción que padecemos, en todos los sectores, es más grave de lo que se puede percibir a simple vista.
El tema de Botnia y sus consecuencias y la escasez creativa de nuestros legisladores, nada tienen que ver con el giro que queremos darle a este artículo de aquí en más y ambos, requieren soluciones que, curiosamente, deberían partir del mismo lado. . Son temas que ayudan a pintar el gris panorama que nos envuelve y que requiere otra solución, pero, creímos oportuno igualmente mencionarlos.
Pasando directamente a los otros temas, nunca estuvimos de acuerdo con la "mano dura" y deploramos toda forma de exceso, de totalitarismo pero, tampoco queremos para nuestro país, el "viva la pepa" en que se ha convertido.
Hace pocos días, el propio Presidente de la República, cuando presentaba "Uruguay 2020" hablaba de la utopía; nosotros hace unos cuantos meses, movilizados también por la utopía,escribimos "La Isla"
Para quienes no tengan la voluntad o el tiempo suficiente como para presionar ese link y leer nuestra idea, les anticipamos que se trata de un cuento de Esperanza Ficción donde soñamos con un "territorio 100% libre de delincuencia". No es simple utopía, hay mucho de realismo y de posibilidad, como en tantas cosas que nos involucran a los uruguayos, hace falta voluntad y determinación. Si optásemos por ese camino, otro gallo cantaría.
La idea es vaciar las cárceles de todo el país y confinar a todos los presos en dos establecimientos a construirse en la Isla de Flores; uno de rehabilitación y otro para ,los irrecuperables, a quienes en vez de pena de muerte, se les aplicaría "pena de isla".
Se puede dejar de vivir enrejados y volver a respirar tranquilidad; es sólo cuestión de decidirlo. Nos vemos